Capitulo 32 “No todos los buenos van al cielo”

Narra Liz

Uno de los asesinos me había encontrado…

-Tom- Dije, sentí el chocar de sus manos tibias con mi cintura y di un fuerte gemido de dolor, ya que mordió con brusquedad mi cuello.

Me invadió su aroma, me traía recuerdos de lo que hemos pasado y lo que aun no vivimos, aunque sé que está prohibido, sé que es peligroso y que me hace daño, es mi más grande tentación de la que no puedo alejarme, siempre caigo, siempre me tiene girando a su alrededor.

-¿Como me encontraste?

-Siempre te encontrare, estés donde estés

Hablábamos entre susurros, Bandit se había ido no sin antes mirarme casi enojado, advirtiéndome de algún modo que este juego de tentaciones debía acabar.

-Si Maggi te ve...

-Tranquila, se todo sobre ella, se sus puntos débiles…

-Déjala en paz Tom…

-No puedes alejarte de mí y lo sabes…

Guarde silencio, mi corazón latía a mil mientras el susurraba y me acercaba más a su cuerpo.

-Como yo no puedo alejarme de ti… tienes algo que quiero pequeña

-No te lo daré…

Me giro con suavidad y quedamos frente a frente.

Al ver sus ojos recordé el sufrimiento, el día en que me entere de la verdad de mis padres, el los asesino fríamente y ahora solo está aquí…

Era una mezcla de emociones, todas en mi cerebro no me dejaban pensar, decirle que se fuera... o perder una vez mas y ante sus labios.

-Liz, te he extrañado mucho…

-No puedo perdonarte…- Le dije aferrándome a su cuello, escondiéndome ahí- Mataste a mis padres, solo me buscas por la daga…

-Ya lo estás haciendo, tus palabras dicen no…- Se acerco a mis labios haciéndolos rozar- Pero tus acciones dicen que me deseas pequeña…

-Juegas conmigo

-¿Te gusta este juego?

Toco mis labios con los suyos, nos perdimos en un beso profundo, me besaba con suavidad y pasión al mismo tiempo.

Me subió a su regazo sin soltar nuestros labios, sus manos se pasaban por mi cintura, subiendo bajo mi polera quemándome la piel.

-¿No te gusta Liz?

-Tom…- Dije entre suspiros cortados, mi respiración era agitada pero no podía detenerlo, mi corazón era más fuerte que yo.

Sentí como el fuego crecía en mi estomago, estaba hambrienta de sus labios, sus besos, su piel… los ojos de Tom se pusieron negros y creo que los míos también.

-Me encanta…- Dije y luego bese furiosa sus labios.

Tenía mucha rabia, conmigo por ser tan débil, con el por aprovecharse de mis sentimientos, con Bill por haberme traicionado con Hope…con todo el mundo y no dejaba de besarlo, era la tentación hecha carne y yo estaba hambrienta.

El aire nos faltaba, los latidos se acompasaban a un ritmo hipnotizante, mantuve mis ojos cerrados, no quería verle la cara, ver como se reía de mi, como sus ojos negros intentaban penetrarme y leerme.

Me escondí de nuevo en su pecho, cada vez mas furiosa mientras el daba pequeños besos en mi cuello.

-¿Estas enojada pequeña Lizy?

Sentí un olor pesado en el aire, azufre, seguía sin abrir los ojos pero sabía que había luz en mi habitación, una luz ardiente que crecía y crecía.

-Quieras o no… serás mía

Volvió a apoderarse de mis labios y…

-Liz…!

Oí la voz de Maggi gritando, abrí los ojos y Tom no estaba, solo quedaba mi habitación en llamas…

-¿Qué… que… paso?

-No te muevas- Maggi estaba en la puerta, Bandit a su lado, tenía en su mano una pequeña bolsita color violeta.

-Maggi… ayúdame!!- El fuego no paraba de consumir todo a su paso.

-No puede tocarte, tú misma lo llamaste- Dijo sacando algo parecido a arena de la bolsita, pero era roja.

-¿Qué?

-Tú lo invocaste, algo lo encendió- Arrojo la arena al aire mientras decía algunas palabras en latín, el fuego se consumió y desapareció.

-¿Qué paso?- Insistí, sentí que mi cuerpo se congelaba.

-El fuego…

Apreté los ojos con fuerza, cuando los abrí sentí como volvían a su color natural, ya no eran negros, y el olor a azufre había desaparecido, pero todo se hallaba quemado… en cenizas.

-Bandit…- Corrió a mis brazos, mire a mí alrededor con desesperación, buscando a Tom.- Creo que estropee nuestro hogar…

-¿Estuvo aquí?

-¿Quién…- Dije, sin saber muy bien a quien se refería.

-Se que estuvo aquí… y volverá… puedo sentirlo.

Me quede en silencio, hablaba de Tom, en su voz había un dejo de temor.

Todo esto fue mi culpa, aun no aprendo a controlar esto... Le ayude a Maggi a armar una nueva cama para mí en una de las habitaciones ya que todo se había quemado.  Me sentía horrible.

No dejaba de pensar en Tom… deseándolo con todas mis fuerzas…

¿Cómo fue que me volví su esclava?

Al otro día…

Me levante temprano ya que no dormí en toda la noche, estaba inquieta por lo que ocurrió.

Maggi me tenía el desayuno como siempre, ¿siquiera como me aguanta? Le di a Bandit su leche, yo no quería comer.

-Están intranquila- Me dijo sin mirarme.-Debes comer algo

Estábamos sentadas en el suelo, frente a frente, el único sonido entre nosotras era Bandit a mi lado bebiendo de su leche.

-Un poco… siento lo de anoche…

-No te preocupes Liz- Me dijo más tranquila de lo que esperaba.- Toma esto.

Me ofreció te, lo bebí sin protestar, era muy amargo, le pregunte que era pero no me dio respuesta.

-Te sentirás mejor, ve por un baño Liz

-Gracias…-Me fui  al bosque, Bandit como siempre a mi lado me siguió ronroneando entre saltitos, de pronto me sentía mejor.

***

Estaba sentada en el bosque, por alguna razón no dejaba de sonreír, Bandit jugaba mordiendo mis dedos.

-Pequeño-Le dije entre risas, sus colmillos me provocaban cosquillas- Le diremos a Maggi que nunca más nos de hierbas extrañas ¿Si?

Bandit dejo de morderme, miro detrás de un árbol donde algo se movía.

-¿Qué hay Bandit?

Bandit salió corriendo lejos, me pare nerviosa y camine hacia el árbol.

Había un pequeño niño de tres años mirándome sonriente. Me asuste al recordar las regresiones… son espíritus me repetí… probablemente alucinaba por el te extraño que Maggi me dio, pero había algo en ese niño que me era muy familiar, seguí mirándole, incluso le sonreí, era tierno.

Su cabello… es muy negro…

Su cuello, su boca… no está respirando…

En sus manitos… había una daga de plata…

Sus ojos… son los de Tom…

… Son completamente negros.

Su sonrisa, es mi sonrisa…

El es…

Corrió hacia mí, me di cuenta de que su sonrisa se convirtió en una risa diabólica, me invadió el miedo pero estaba inmóvil, quise correr y ya estaba frente a mí, paso sus brazos a mi alrededor, abrazándome con fuerza y caí en un sueño profundo…

“Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían…

Y de la mano del ángel subió a la presencia de Dios el humo del incienso con las oraciones de los que clamaban por el perdón...”

Abrí los ojos, se sentían pesados, como si hubiese dormido por años… No veía muy bien a mí alrededor pero había gritos, luces que me cegaban aun más.

-Elizabeth, gobernaremos…

-¿Te gusta este juego?

- Elizabeth… te dije que serias mía…

Oía voces, susurrando a mi lado, una de ella era conocida, la otra era la de un pequeño… pronto todos los gritos se detuvieron y pude ver un cielo negro azabache…

¿Una pesadilla…?

Todo había sido destruido, los ángeles de Dios habían bajado a buscar a los justos, a los buenos, a los elegidos…

Yo caminaba por esas calles, era la ciudad de Los Ángeles, había algunas personas arrastrándose, clamando al cielo, había muchas más que ya no respiraban, el cielo se abrió dejando un estruendo, eleve la vista, la luz me quemaba…

A mi lado caminaba alguien cubierto de una capa oscura, igual a la que yo traía, dejo ver su rostro, sus ojos negros

-Thomas…

A mi otro lado alguien más pequeño me jalaba, su mano sujetaba la mía, daba pequeños saltos, lo cubría una capa igual a la nuestra… era el niño que vi en el bosque, su sonrisa era la misma...

Quise gritar, correr de ahí, la luz seguía esperando para bajar de los cielos, era el día final, terminarían de recoger a los justos  del infierno en la tierra, para llevarlos al paraíso donde tendrían vida eterna…

“Los cuatro ángeles, a quienes se les había dado el poder de hacer daño a la tierra y al mar, venían por el rey y sus príncipes…”

Un ejército de demonios emergió de la oscuridad, comandados por Lucifer, no vi su apariencia pero sentí como me llamaba, estaba libre, Tom y el pequeño no soltaban mi mano, me jalaron acercándome a nuestro rey… a la caravana de los muertos…

“Fueron sellados para ser olvidados, para ser dejados en las tinieblas del día final”

Era el final, con un solo golpe Lucifer abrió un agujero en la tierra, una puerta al infierno, los demonios caían gritando de alegría, llevándose a los humanos que quedaban, mi hogar estaba ahí abajo y yo lo sabía…

Antes de caer con Tom, mire una última vez al cielo

“... Y vi cuatro ángeles, que detuvieron los cuatro vientos de la tierra.”

Logan, Hope, Jimmy… todos emanaban luz, sus alas resplandecían en las tinieblas de la tierra, aun a punto de caer un ángel cruzo su mirada conmigo, una vez más como hace años… supe que era mi enemigo…

-Bill…

Desperté en un grito ahogado, de nuevo en el bosque, el niño había desaparecido, me encontraba sola llorando, sentí arcadas, sangre cayendo de mi nariz… ¿Qué fue todo eso…?

¿Mi destino?

Corrí hacia la casa, hacia Maggi, no sin antes detenerme a mirar el cielo, di gracias al ver que aun era azul…

Holaaaaaaaaaaaaaaaa!!! como estan??? vimos que era Tom eh eh eh!! 11 comentarios Dios gracias *-* este capi fue escrito por Katty lo escribio en tres horas!!! *OOO* records xDDD lo ame *-*. 

Sentimos la demora problemas con el colegio esta semana esta un poco mas libre.

Bienvenida nueva lectora! ^^ somos 43 :')

Un abrazo psicologico desde la distancia! nos vemos en otro capi   

Adioshin

Atte Alex

E.A