Narra Sam
Mi padre me conto la historia que no conocía sobre el pasado,
cosas que había olvidado, cosas que no sabia.
No pude evitar llorar por los recuerdos de mi madre.
Desearía poder abrazarla en estos momentos en que el mundo
parece venirse sobre mi, todo es tan confuso, ya no se en quien creer.
Por un lado esta mi crianza, mis valores y mi lealtad al reinado
del Cielo, pero por otro lado esta
Elizabeth, mi padre me hablo del pasado, y de como yo le recordaba a ella,
en sus años como humana, cuando era inocente y estaba llena de vida.
Ella no es quien parece ser el real enemigo, solo ah sido
corrompida por la maldad, la furia y el amor…
En cambio Cam, quien repetidas veces intento asesinarme, a
mi e incluso a mi padre, es mi mayor amenaza. La forma en que nos miramos es un
peligro latente, al más mínimo roce, podría deshacer lo que queda de paz entre
el cielo y el infierno, y el equilibrio quedaría hecho polvo.
Por mas que lo niegue, e intente ser fuerte, lo que siento cuando
pienso en sus ojos tan profundos, no esta permitido.
Y ni a toda la infinidad del cielo, ni en lo profundo del
infierno, puedo escapar de ese presagio.
Narra Liz
Siento las caricias de Tom bajar por mi espalda, estoy
apoyada en su pecho, su respiración me calma, yo no respiro.
Veo a mi alrededor, Cam se acaba de marchar, quizás no lo
vea en días, quizás eso sea mejor. Mi hijo, el bebe que lleve en mi vientre por
nueve meses, a quien cuide en las mas oscuras noches, a quien rogué porque no
me lo quitaran, a quien extrañe por años que parecieron una eternidad, lo eh
perdido.
Tom susurra una antigua canción en mi oído, me arrulla para
que mi llanto se detenga, pero ya no caen lagrimas, ya no hay lagrimas para
expresar el dolor que se siente haber perdido tanto, por tan poco.
Y estar tan sola.
-Soy lo único que tienes…-Me dice besando mi frente, como si
pudiera leer mi mente me aprisiona recelosamente contra sus brazos, yo no tengo
fuerzas para irme o dejarlo ir. El es todo lo que tengo.
- Y eres todo lo que tengo…
Cierro los ojos y vuelve el recuerdo de un beso, o un vano
roce, ya no puedo recordarlo, todo se ah ido, como el día, el sol, la luz que
hace brillar los ojos de Bill, sus brillantes alas, esta conmigo un segundo, mueve
mi mundo, y se va.
Al anochecer desaparece, y todo se torna un martirio, esa
calma se vuelve un vacio ardiendo y se va, solo soy capaz de verlo en sueños
donde aun soy suya. No me desprecia, nos amamos con locura y somos libres,
somos uno.
Pero el despertar y ver el abismo bajo mis pies, me dice a
gritos que incluso a el lo eh perdido.
La cordura desaparecerá en poco tiempo, si ya no tengo nada
que me ate a este mundo, ¿Por qué sigo aquí? ¿Por qué es tan difícil
desaparecer?
Pienso en la condena de la inmortalidad, pasaran meses de dolor,
años de demencia, décadas de recordar cada herida que ha ido agrietando mi
corazón, y en algún momento, luego de siglos de recuerdos tormentosos de
momentos de mi vida que no volverán, simplemente voy a desaparecer.
Finalmente no habrá nada, no más que cenizas, y una sombra
perdida en los pasillos de las ruinas de este lugar.
Cerré los ojos y caí dormida en el abrazo de Tom.
“Había sentido muchas cosas al lado de Bill. Había
sentido su piel calentándose por el simple tacto, a mi sangre hirviendo con una
mirada, a mis labios sintiendo cosquillas cada vez que lo besaba, a sus
majestuosas alas rodearme y protegerme sintiéndome solo suya, la rabia del
engaño y la pena de su alejamiento.
Todas las sensaciones humanas e inmortales que pude
sentir con él, no se comparaban al dolor de ese momento…”
Camine por una
iglesia, cuyas paredes parecían maltratadas por el paso de los años, y el olor
a azufre… llegue a un gran salón donde estaban ambos gemelos. Era la noche en
que elegí esta vida, cuando Lucifer fue liberado, y en la realidad debí
entregarle la daga a Tom, pero no lo hice, mis manos se dirigieron a Bill, le
entregue la llave, y mi corazón, el se desvaneció dejándome sola en ese lugar, mi
cuerpo se empezó a quemar, las llamas emergían de mi vientre, nadie acudía a
mis gritos de dolor…
Desperté en mi cama, había una criada junto a mí poniéndome
paños fríos.
-¿Cómo se siente, princesa?
No respondí, tenia la boca seca y las palabras no salían de
mi boca.
-Tenia muchos grados de fiebre- Toco mi frente.-Ahora parece
estar mejor…
-Déjanos solos
Tom entro y le pidió a la criada que se fuera, estaba
preocupado por mi estado.
Se acostó junto a mí y me rodeo con sus brazos, aun las
palabras no salían de mis labios y no quería ver a nadie, le di la espalda pero
aun me sostenía.
-¿Qué ocurre contigo?
Silencio, ni siquiera yo lo sabia.
-Háblame Elizabeth…
-¿Volvió mi hijo?
-No mi vida…
-¿Dónde esta?
-No lo se –Me abrazo cálidamente, y susurro a mi oído.- Es
momento de que lo dejes ir
Cerré los ojos, Tom al final siempre tenia razón…
Narra Cam
Era un día nevado en la tierra, las calles de Nueva York
están cubiertas por un manto blanco que hace desaparecer la miseria y
destrucción.
Entre a lo que solía ser una cafetería, de eso ahora solo
queda un letrero a la entrada que reza “Starbucks”. Me senté en una de las
mesas, esperando por algo que no iba a llegar. Encendí un cigarro, el humo
hacia formas extrañas en el aire.
-¿Tienes una cita?
Fueron las palabras que le siguieron a un aleteo de blancas
alas de ángel. Sam…
-Acaba de llegar.- Le sonreí, e hice un gesto para que ella se
sentara junto a mi.
-¿Qué haces aquí?
-Nada realmente… y tu?
Silencio.
-Supongo que hoy no intentaras matarme…- Me dijo, ella mantenía
la distancia de mi y eso me dio escalofríos, me temía.
-No, hoy no…-Le ofrecí el cigarro- ¿Fumas?
-Claro
Le dio una calada al cigarro que le causo tos y arcadas.
-Heeey…-Me acerque a ella y le di unos suaves golpecitos en
la espalda, se alejo un poco pero seguía muy ahogada como para resistirse.
-No fumas- Me reí.- ¿Primera vez?
-Si…-Dijo riendo, mientras aun tocia, arrojo el cigarro
lejos.- Esta cosa sabe horrible.
-No tanto si te acostumbras
-¿Por qué fumas? no necesitamos cigarros, ni alcohol, ni vicios.
Somos inmortales, somos poderosos, no somos débiles humanos…
-Piensas como un soldado.
Me miro fríamente, en sus ojos azules se reflejaba hostilidad,
y algo irreconocible, era lo más hermoso que había visto. Quite mi mano de su
espalda con brusquedad ya que creí eso era lo que le estaba molestando.
-Es porque eso es lo que soy- Bajo la mirada, algo en sus
ojos se apago-Tengo que irme.
Sam se dio la vuelta, mientras mas se alejaba de mí, la
necesidad de tenerla me pedía a gritos que le detuviera.
-Espera... no te vayas
Ella se detuvo, aun sin darme la cara, me pregunto
-¿Por qué?
-No quiero ir a casa
Dudo por unos momentos.
-Yo tampoco- Camino lentamente hasta mí, su piel se veía más
blanca al contacto de la luz que entraba por la ventana.-Pero no puedo confiar
en ti…
-Ni yo en ti, pero créeme, no puedo dejarte ir…
Tome su mano, sentí su esencia de ángel mas cerca que nunca,
estaba tan cálida.
-Me harás débil Cam… no puedo ser débil…
Entrelazo sus dedos con los míos, en sus ojos se veían el
temor por lo prohibido.
-No puedo con esto...-Su voz se quebró al pronunciar esas
palabras.
-Entonces deja de luchar…
Acaricie su sonrojada mejilla, acercando nuestros labios, el
aroma despedido de su cuerpo no me permitía detenerme, no hasta poseer toda su
pureza y hacerla mía.
Nuestros labios se tocaron por un segundo, mil descargas
eléctricas nos atacaron pero aun queríamos más. Abrace su cintura y ella me
rodeo por el cuello, bese su mentón, mejillas y volví a sus labios. Baje mas,
Sam dejo escapar un suspiro ahogado cuando mis labios apresaron su cuello
dejando pequeñas marcas a lo largo.
Éramos la pureza y la lujuria, el amor y el odio, éramos el
cielo y el infierno, dos productos de ambos mundos volviéndonos uno, un nuevo
pecado, nuestro propio secreto oculto para siempre el cual sabíamos, moriría con nosotros.
By Katherine Prescott
oh por dios me va a dar algo... x.x
ResponderEliminarestoy ahhhhhhh!! muero por el siguiente...
Chicas son fabulosas...
amo la fic...
espero suban pronto...
Cuídense y un abrazo :DD